Nada podría hacer que Dios te amara más que como lo está haciendo en estos mismos momentos: ni por lograr más cosas, por ser más atractivo, por recibir un mayor reconocimiento, ni aún por ser más espiritual que antes. Y nada puede causar que te ame menos: ni tus flaquezas de carácter ni tus fracasos del pasado.
La ironía es que estamos gastando nuestras vidas tratando de ganar un amor que sólo se puede recibir por fe cuando admitimos que hay un vacío dentro de nosotros que sólo el Señor puede llenar... y así lo hará. Pero la verdad es que aprender a vivir en el amor de Dios es el desafío de toda una vida.
Muchos de nosotros nos criamos con padres que refrenaron su amor como muestra de desaprobación, y pensamos que el Señor lo hace también, pero no es así: "Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!" (1 Juan 3:1 - Nueva Versión Internacional).
C.S.Lewis escribió: "Fíjate en esto: Dios, quien no necesita absolutamente nada, amando hacia la existencia a criaturas totalmente innecesarias para que pueda amar y perfeccionarlas. Dios no nos creó porque estaba aburrido, o solo, o porque se había quedado sin cosas para hacer. ¡Nos creó para ser los objetos de su amor!.
Algunas veces, nuestras acciones nos hacen poco atractivos, pero Él jamás deja de amarnos.
Y porque Dios nos ama, somos (muy) importantes. Y nadie puede quitar es importancia. El amor de Dios revelado en el Calvario se agarra fuertemente a criaturas imperfectas como nosotros, y por razones que ninguno de nosotros realmente puede llegar a entender jamás, nos hace muy valiosos y preciados, más allá de lo que nos podemos imaginar. Es un amor mucho más grande de lo que podamos concebir. Y ¡es el mismo amor con el cual Dios nos ama!.
Video: Dios te ama
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