jueves, 19 de mayo de 2011

Dios puede cambiarte

¿Quién no ha escuchado alguna vez la tan utilizada expresión "yo soy así"?. Es la expresión más utilizada por aquellas personas que, lejos de querer cambiar y mejorar en su día a día, para acercarse más a Dios, reniegan de ese cambio y le piden al mundo que le acepten con sus defectos, vicios, etc......
Esta actitud es totalmente contraria a las escrituras, ya que Jesucristo nos pide que andemos en santidad, o que al menos intentemos andar de forma similar en nuestra vida a como hizo nuestro Padre.
"¡Bienaventurados los que guardan mis caminos!. Atended el consejo, sed sabios y no lo menosprecieis.....el que peca contra mí, se defrauda a sí mismo, pues todos los que me aborrecen aman la muerte." (Proverbios 8:32-36)

Así pues, no dejes de luchar para acercarte a los caminos del Señor, ya que no hay otra manera para conseguir salvación en Jesucristo.
Si algún hermano te dice aquello de: "No pasa nada, no seas tan duro contigo mismo, no te martirices, que pase lo que pase Dios te ama y te perdona", debemos recordar que si, es cierto, pero el perdón únicamente lo obtendrás si te arrepientes de corazón y si entregas tu vida a Cristo, ya que de lo contrario, si eres pecador y no lo reconoces, aunque vayas a la Iglesia y leas la Biblia todos los días, cuando llegue el día del fin, tendrás que afrontar una condenación segura.
Dios puede cambiarte, pero antes te pide que te entregues a Él. Si no le entregas tu vida, y te arrepientes de corazón, Él no obrará en ti. Quizás creas que si, pero como dice la palabra, es realmente fácil distinguir a aquellas personas que se han convertido a Jesucristo y a aquelllas que, si bien lo aceptan y quieren seguir sus pasos, no se han entregado por completo a Él y no han sido convertidos. "Por sus frutos los conocereis".
Si algún hermano afirma que se ha convertido, debe seguir una vida en santidad, donde los vicios (tabaco, alcohol,etc....) le son quitados por el Espíritu Santo con una rapidez fulminante en todos los casos, y donde el hermano convertido, si peca, el Espíritu que obra en su interior le obliga a arrepentirse inmediatamente.
Otra caraterística peculiar de aquellas personas que han experimentado una conversión plena a Jesucristo, es que pasan de ser unas personas "perfectas" que no son capaces de ver lo que hacen y se hartan de criticar a los demás, a ser las personas más autocríticas que pueda haber.
 No tienen ningún temor en hablar de todos aquellos pecados que les han sido perdonados, y se llaman a si mismos pecadores, dando un giro a sus vidas de 180º, para dejar de mirar los defectos de los demás, y preocupándose en agradar a Dios cada día más. Son personas que han dejado de justificar sus propios pecados con excusas absurdas, y ahora condenan sus propios errores y pecados, clamando por la misericordia de Dios.

¡Que cambio tan maravilloso!

Sin embargo, aquella persona que afirma que ha experimentado una conversión, pero no es así, se delata a sí misma por sus frutos siempre.
 Y es que estas personas siguen teniendo y conservando sus vicios (tabaco, alcohol,drogas,etc...), pero afirman que ya se las irá quitando Dios poco a poco, que no es inmediato, cuando absolutamente en todos los casos de conversiones por obra de nuestro Señor Jesucristo, el cambio es tan radical que cambia las vidas, no sólo del hermano convertido, sino de todos aquellos que los rodean.

Video: Si amas al mundo......



Video: Conversión auténtica

Estar tranquilo

"Caminaré en libertad y tranquilidad." (Salmo 119:45 parafraseado)
En la vida "siempre hay algo". Cuando resuelves un problema, aparece otro. 

Jesús dijo:

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).

Observa dos aspectos:
  1. "...para que en mí tengáis paz"
  2. "....en el mundo tendréis aflicción"
 La paz de Dios sólo se hace realidad en nosotros cuando escuchas y obedeces "estas cosas que os he hablado". Escribió el salmista:

"Guardaré tu ley siempre. [es decir, escucharla, recibirla, amarla y obedecerla]. Y andaré en libertad [y tranquilidad] porque escudriñé [y me obligué a seguir] tus mandamientos" (Salmo 119:44-45 parafraseado)
Analicemos dos palabras del texto anterior. La primera es "escudriñé", que indica buscar la verdad.
 La segunda es "me obligué", que denota caminar a diario según los preceptos de Dios.
 Al hacer esas dos cosas podrás "andar en libertad y tranquilidad", los contratiempos de la vida no te frustrarán, tendrás paz a pesar de las circunstancias adversas y consultarás a Dios antes de emprender algo, no después.
 Por lo tanto, si has perdido la paz interior, pregúntate: "¿Estoy caminando según la Palabra de Dios?". La obediencia conduce al descanso: "Los que hemos creído entramos en el reposo" (Hebreos 4:3). En cuanto empieces a obedecer la Palabra de Dios, sentirás esa "tranquilidad". Así es cómo Dios quiere que vivas hoy.