sábado, 21 de mayo de 2011

Evita el agotamiento

"Estoy muy afligido" (Salmo 142:6b)
Hablamos de la "paja que rompió el lomo del camello". Pero normalmente la carga no es el problema, porque los camellos fueron creados para llevarla; el problema es la sobrecarga. Cada vez que David tocaba fondo, se quejaba a Dios: "Estoy muy afligido".
 Antes de que llegues a ese punto, aquí tienes algunas sugerencias:

Quítate la "capa roja". No eres "Superman", el superhombre (¡ni la supermujer!).
 La doctora Faye Crosby dijo: "Aprende a reconocer las señales de la sobrecarga, para que no llegues a ver a tus errores fuera de proporción. Por ejemplo, el poner cubiertos de distinto juego en una cena de invitados ¡no marca el fin de la civilización!. Entregar tu informe un día más tarde ¡no va a llevar a la empresa a la bancarrota!.
 En otras palabras, relájate un poco; ¡no te preocupes tanto de las cosas pequeñas!
Reconoce tus límites. Jesús no intentó ministrar personalmente a cada persona en Israel; ¿cómo puedes creer que tú sí lo puedes hacer todo?. Cuando planees tu programa, incluye también algún tiempo de descanso . El ajetreo diario te puede agotar, pero unos minutos de recogimiento con el Señor pueden refrescarte y hacerte volver a centrarte.
Sencillamente, ¡di "no"!. A menudo nos sentimos culpables y nos preocupamos de no gustar a la gente si decimos "no". El problema es que si no lo hacemos, acabamos resintiéndonos, y no gustándonos a nosotros mismos.
 El doctor H.B.London escribió: "Es fácil decir "no" a un empaste dental o a una colonoscopia. Es más difícil decirlo cuando los asuntos son interesantes o los disfrutamos. Sin embargo, aunque todo lo que hagamos nos guste, si no aprendemos a decir "no", la  sobrecarga nos agobiará".