jueves, 5 de mayo de 2011

Luchando contra todo

En este mundo en el que vivimos, ser cristiano es muy difícil. Ya se nos avisa en la palabra:

"Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero" (Romanos 8:36)
Y es que, lejos de centrarnos en luchar día a día contra tentaciones, malos habitos de la carne, etc.... el mundo no hace más que poner obstáculos en nuestro camino para impedir, o ralentizar, nuestro camino hacia Dios y una vida lo más cercana a la santidad posible, alejándonos del pecado.
Muchas son las armas que el mundo levanta contra nosotros todos los días, y sin duda una de las más potentes son los medios de comunicación. No importa cuál. TV, prensa, internet, radio...... No dejan de enviar mensajes a toda la población para confundir, engañar, y embaucar a toda aquella alma desprevenida que puedan alcanzar.
El sexo, la violencia, la desigualdad y ruptura dentro incluso de la familia, la aceptación desmedida del pecado pueblan cada uno de los medios de comunicación y, sin darnos cuenta, nos van haciendo inmunes a cada una de las cosas que nos transmiten, hasta que, lejos de condenarlas, acabamos aceptándolas, condenándonos a nosotros mismos.
"El que dice: 'Yo lo conozco ', pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él" (San Juan 2:4)

Reflexiona y piensa lo siguiente:

-Si cada uno de las muertes que aparecen en TV sin ningún pudor y con todo detalle fueran de personas cercanas o familiares, ¿acaso seguiríamos comiendo tan tranquilamente mientras vemos todas esas muertes en el televisor?

-Si cada escena de sexo que aparece en la pantalla estuviera protagonizada por tu hijo o hija, o más aún, por tu esposa o marido...... ¿no te repugnaría y, por muy bien que estuviera la película la condenarías?
El problema es que ya, esta sociedad, nos ha hecho inmunes a pecados que nos condenan, y lo peor de todo.... ¡Es que ni nos damos cuenta!.
"No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (San Juan 2:15)

Se puede decir más alto, pero no más claro. Hoy en día los vicios son aceptados como si nada, y la gente espera sin más a que Dios se los vaya quitando poco a poco, ¡sin ningún esfuerzo por su parte!. Dios te puede dar la mano para ayudarte en el camino pero, amigo mío, si no le pones fuerza y voluntad, puedes esperar sentado.
Cada vez nos muestran en los medios como debería de ser la mujer perfecta y el hombre perfecto, ¡cuando Dios nos ha hecho perfectos a todos!.....¡a su imagen!. ¡Y lo aceptamos!. Revelándonos contra la voluntad de Dios y su manera de crearnos, mancillamos su obra acudiendo a los centros de estética con la excusa de.....¿cuidarse?.

La unión familiar está desapareciendo porque debe superar:

  • El aislamiento que provoca la TV y todo de lo que ella proviene (lujuria, violencia, engaños, falsos testimonios,etc.....) 
  • La rebeldía de los hijos.
  • La aceptación de que el matrimonio ya ha dejado de ser sagrado, y de que, muy lejos de lo que dice la Biblia, podemos ir de flor en flor hasta encontrar a la persona adecuada. Es más, ¡de cama en cama!...... Y como nada se condena, pues si hoy no me gusta como eres, pues te dejo y ya está, porque yo me merezco algo mejor que tu.
  • La excesiva preocupación que se nos impone por consumir. (Tanto tienes, tanto vales).
  • La soberbia desmedida en la pareja (si tu no me das yo tampoco........). Esperamos a ver si nuestra pareja nos da lo que pedimos, y no esperamos la persona adecuada a la que dar todo de nosotros.
  • Ha dejado de existir, en el 90% de los casos, el "en lo bueno y en lo malo", porque........ Se tiende a pensar que: "tu debes aguantar mis días malos", pero si tú tienes un día malo se acabó.
  • Etc....
  • Etc....
  • Etc...

¡Vaya Tela!

Bueno, con este panorama en el día a día, con la indiferencia del mundo hacia el pecado y con la aceptación del mismo, ¿que hacemos nosotros como cristianos?.
Bueno, pues ante lo que nos rodea cada jornada, tenemos el mejor apoyo que pueda existir. Tenemos a Dios de nuestro lado.
Y es que si hay algo en lo que los medios de comunicación, por mucho que se empeñen, se equivocan, es que la solución para tener una vida plena, satisfactoria, y repleta de bendiciones y de felicidad, no se encuentra ni en un cuerpo mejor del que Dios te ha dado, ni en una pareja mejor que la que ha sido destinada para ti, ni en que te cambien a tu hijo, ni en desahogarse con el sexo, la violencia, el estrés,etc.............
La solución sólo llega.............. cuando aceptas a Dios en tu vida, a su hijo Jesucristo, y al Espíritu Santo.

Dios es el único que va a llenar ese vacío que las demás cosas siguen dejando en nuestro interior, porque.........

UNA VIDA SIN DIOS...................NO ES VIDA

Video: La influencia de los medios

¿Humildad + Mansedumbre = Debilidad?

 "Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de toda vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportandoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y padre de todos, es cual es sobre todos, y por todos, y en todos." (Efesios 4:1-6)
Pablo resalta algunas realidades que deben ser evidenciadas en la práctica y que nos ayudarán a vivir, promover, fomentar y profundizar en la unidad en Cristo. Aquí comienza el apóstol y aquí es donde también nosotros debemos comenzar. Con cualidades morales y espirituales.

La primera cualidad que hallamos es la HUMILDAD.
 Nuevamente, el apóstol presentaría el ejemplo supremo de Cristo. (Filipenses 2:3-5: "nada hagais por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad.... no mirando cada uno por lo suyo propio, sino también por lo de los otros. Haya pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús"). Mansos y humildes de mente y de corazón, no sólo en apariencia.
 Una genuina humildad que sabe colocar a Dios y a las personas en su lugar es esencial para la unidad. Detrás de cada discordia anida la carnalidad, consciente o inconscientemente, mientras que el gran secreto de la concordia es la humildad. No resulta difícil comprobarlo: la gente que nos gusta de manera inmediata e instintiva, y con la que resulta fácil llevarse bien y estar a gusto, es aquella que brinda respeto por los demás.
 ¡Que Dios nos libre de todo afán de protagonismo!. No tenemos ninguna necesidad de compararnos con los demás, demostrar superioridad, impresionar o competir con otros.
 Eso no significa no darnos cuenta de los dones y capacidades de cada cual para ocupar responsabilidades concretas, sino valorar y amar al hermano-hermana, por quien también derramó su sangre el Señor Jesús.
Unida a la humildad está la MANSEDUMBRE, que como la humildad no es sinónimo de debilidad. A veces hay quien confunde la mansedumbre, la amabilidad y la bondad con debilidad o apocamiento.
 Están profundamente equivocados. Por el contrario, es la gentileza del que ama, busca crear ambientes saludables y tiene dominio de sí mismo y voluntariamente es servidor de los demás.
 (2 Timoteo 1:7 "porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio"). Tal creyente no se empeña en hacer valer siempre sus derechos.
 Hay grandeza y profundidad espiritual en el discípulo de Jesús que es capaz de guardarse tantas veces sus razones y derechos personales en el bolsillo para que haya bendición de Dios para la comunidad. Somos lo que somos y lo que llegaremos a ser por la pura gracia de Dios.
Humildad y mansedumbre: cuidado con los fondos, pero también con las formas. Es importante. Humildad, mansedumbre y valentía para reconocer los propios errores (Salmo 19:12). No resulta fácil decir: "pues, ¿sabes?, creo que tienes razón. Gracias por hacerme ver que estaba equivocado". La historia nos recuerda que en una ocasión Oliver Cromwell, ante un grupo de opositores, sin poder aguantar más, les dijo: "¿Podeis aceptar y reconocer, aunque sea por una sola vez y en un solo asunto que podeis estar equivocados?". ¡Cuanto nos cuesta, ¿verdad?

Video: Mansedumbre y Humildad