A veces pensamos que el hecho de que delante del mundo nos comportemos como buenos cristianos, es suficiente para ganarnos la salvación, pero no es así.
En los inicios de la obra de nuestro Señor Jesucristo, mucha gente a su alrededor, al ver sus milagros, declaraban abiertamente que le seguían, pero aún así, Jesús no se fiaba de ellos, porque nuestro Señor sabe, más alla de nuestra actitud frente a los demás, lo que hay en nuestros corazones.
Y es que por mucho que digamos que nos hemos convertido, y que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Señor, en nuestros corazones no es eso lo que sentimos, y vivimos llenos de miedos, idolatrías, etc.......
"Mientras estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara acerca del hombre, pues el sabía lo que hay en el hombre." (San Juan 2:23-25)
Así pues, inspecciona tu interior, y preguntate si de verdad estás dispuesto a seguir a Jesús, o es una fachada que muestras en la iglesia y delante de tus hermanos. A Dios no le vas a engañar, y si no eres sincero de corazón, Jesucristo está deseando que te vacies de esa hipocresía que te inunda, y que te humilles ante Él, para que te pueda llenar de gloria.
¡Hoy es tiempo!........ Arrepiéntete y Jesús no te dejara caer. Deja de engañarte a ti mismo. Es muy difícil que, alguien que tiene un alto concepto de si mismo como cristiano, se arrepienta y eche marcha atrás para darse cuenta de que está equivocado, pero Jesús te insta a que revises tu andar y te arrepientas mientras aún estés a tiempo.
Jesús conoce tu corazón pero, ¿y tu?...... ¿conoces lo que hay en tu propio corazón?
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