viernes, 22 de abril de 2011

Dios pierde un hijo....... y nos da la vida

A veces, en nuestro día a día, olvidamos que Jesús murio en la cruz por todos nosotros, pero también olvidamos un gran detalle, que Dios, en un día como el de hoy............ perdió a su único hijo:




Inmenso dolor el de un padre al perder a su hijo. Y no solo al perderlo, sino al ver que es humillado, despreciado, insultado........ Jamás sabremos lo que  nuestro Padre, que está en los cielos y lo ve todo, sintió al ver que su creación más preciada, el hombre, al cual en el principio de los días le había entregado todo cuanto había en este mundo, trataba a su Hijo de ese modo. ¿Eres padre?, ¿eres madre?. ¿Cómo te sentirías si tu hijo tuviese que pasar por todo lo que paso nuestro Señor?.

Y es que sólo poniéndonos en su piel , en la piel de un padre, podremos ser capaces de entender el gran sacrificio que Dios entrego para salvarnos del pecado. ¿Para salvarnos del pecado?. Si, porque desde la muerte de Jesús en la cruz, todos fuimos liberados del pecado y vivimos bajo la gracia.

Cada una de las llagas y heridas de Jesucristo en este último día, cada gota de su preciosa sangre, sirvió para liberarnos del pecado. Pero que estemos liberados del pecado y que seamos perdonados por la gracia divina de Dios a partir de la muerte de su Hijo Jesucristo, no es óbice para que pequemos pensando lo siguiente:

"No pasa nada si peco, porque mi Dios me perdona siempre, y por la muerte de su Hijo en la cruz soy libre de pecado"

Cierto es, pero no es menos cierto que cada vez que caemos en el pecado, una vez ya somos conscientes y hemos aceptado a Dios como nuestro señor, derramamos unas gotas de la sangre de su Hijo por nosotros. Imagina que cada vez que blasfemas a un hermano, o cada vez que pones a las riquezas por delante de Dios, es decir, que cada una de las ocasiones en que caes en pecado, significa que estás cogiendo un látigo por propia voluntad, y azotando a Jesucristo. ¡Que fuerte!, ¿no?. Si, es fuerte, pero es lo que sucedió hace unos 2000 años. Cada gota de su sangre, cada golpe, cada paso que dio hacia la Cruz del Calvario, sirvió para limpiar nuestro pecado.

Es muy grande el amor que Dios tiene por nosotros. Entrego a su hijo para salvarnos, para vencer a Satanás, para vencer al pecado, y que fueramos salvos. Desde entonces es suficiente un arrepentimiento sincero y desde el corazón para que Dios perdone todos nuestros pecados.

Recibe el regalo tan grande que Dios nos dio hoy. Hoy Jesucristo es juzgado, torturado y muerto en la cruz por nuestros pecados.......... ¿Cómo se lo vamos a agradecer en nuestra vida?

1 comentario:

  1. Paso a visitarles, muchísimas bendiciones
    mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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