"....el que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios" (Juan 3:3)
Hay muchas facetas en cada uno de nosotros que nos han generado más problemas que alegrías en nuestra vida. En nuestro andar en Cristo debemos aprender, poco a poco, a retirar lo "viejo" de nuestro interior, y empezar a sembrar lo "nuevo", para en un futuro, recibir "nuevos frutos", muy diferentes a los que habíamos obtenido hasta ahora.Esas "cosas viejas" de nuestro interior, generalmente son vicios, actitudes negativas, miedos, etc.......
Lo principal que debemos hacer, antes de quitar lo "viejo", es identificarlo. Así pues, debes preguntarte a ti mismo, ¿qué me impide ser "una nueva criatura" para Dios?.
Está claro que es muy difícil examinarse a uno mismo, pero hermano, si no lo haces a conciencia, si te guardas "algo" impuro en tu interior porque te dices a ti mismo "¡yo no soy perfecto", o "¡yo soy así!", o incluso "¡Dios ya hará en mi!", debes saber que no conocerás las bendiciones de Dios para tu vida ya que el Señor únicamente te librará de tus "cosas viejas" cuando quieras, de todo corazón, quitarlas de tu vida. Es difícil, pero como dice la Palabra:
"Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13-14)
Cierto es, y ya lo dice la palabra, que pocos hallan el camino de la salvación, y si es cierto que nosotros la buscamos, e intentamos ser salvos, debemos primeramente desprendernos de nosotros mismos, y entregarnos a la voluntad de Dios:
"....todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 16:25)
Debemos llamar a las "cosas viejas" de nuestro interior por su nombre, y sólo clamando a Dios con Fe, y con una actitud valiente y de superación:
"...pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor, ya que es persona de doble ánimo e inconstante en todos sus caminos." (Santiago 1:6-8)
Veamos los dos tipos de actitudes posibles:
Actitud temerosa
"Señor, si es tu Voluntad, quita de mí esta "cosa vieja". Se que lo harás gradualmente y poco a poco (porque sé que me va a costar lo suyo quitármelo de encima), pero ve quitándomelo, por favor........ en el nombre de tu Hijo Jesucristo. Amen"- Esta actitud es totalmente reprobable, y quizás una persona se pueda pasar toda la vida orando de este modo, porque no hay Fe en estas palabras, sino deseo de "cumplir" a medias........ Como para que Dios en el día del juicio no te diga: "¡No condenaste ni llamaste por su nombre aquella cosa que te condenaba!", y tu le puedas decir: "¡Si lo hice!, ¿no me escuchaste?.....¿yo te pedí que me libraras de ella?". Esa es una oración con "la boca pequeña".
Orando con Fe
"Señor, se que si sigo con esta "cosa vieja" estoy condenado al lago de fuego, y que seré azotado por ti como buen Padre. En el nombre de Cristo Jesús te pido de todo corazón que extirpes de mi este cáncer que me corroe, este fallo que me hace impuro delante de ti y que mancilla tu nombre. Padre amado, clamo a ti para que te apiades de mi alma, y para que no permitas que esa "cosa vieja" vuelva a mi. ¡En el nombre de Jesús!, quítame ahora mismo esta "cosa vieja", y hazme una nueva criatura, para poder seguir mi vida conforme a tu Palabra. Padre mío, ahora mismo envía tu Espíritu Santo sobre mi para que me libere del pecado que me aflije. En el nombre de tu Hijo Jesús. Amen."
¡Si señor!. ¡Así se le pide al Padre que nos sane!. Si quieres que Dios te escuche, ponlé Fe, da por hecho que el te quiere sanar, y haz compromiso de no volver a caer, y si caes en cualquier aspecto de tu vida que es pecado.......... ¡arrepiéntete!, y no aceptes el pecado en ti, porque estarás condenando tu alma.
Por ejemplo, ¿acaso crees que Dios no atenderá tus súplicas si clamas de este modo cada vez que fumas un cigarrillo?.
Quizás ahora mismo sueltes una sonrisa, pero si sabes que con las drogas mancillas el Templo Santo que es tu cuerpo para Dios, lo verás de otro modo y te arrepentirás. Deja ahora mismo de condenarte con la típica actitud..... ¡Va!, ¡ya se lo he dejado en manos de Dios!, exculpándote a ti mismo. Así jamás te escuchará ni te ayudará a superarlo. Si se lo pides del modo correcto quizás fumes algunos más, pero Él te ayudará. Dios sabe cuando le pides con Fe, y cuando es por "obligación", para el día del Juicio poder "justificarte".
Retira lo viejo de ti, pero ten por seguro que Dios ya sabe qué es aquello en lo que caes. Depende de ti reconocerlo o no, ser castigado o no. Se sincero contigo, y nace a una nueva vida, donde te esperan bendiciones sin fin.
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