Dios no te va a decir lo que no necesitas saber. Es más, Él no va a hacer por ti lo que ya te ha dicho que hagas. ¡Y no trates de resolver las cosas que deberías dejar en sus manos!.
Cuando almacenes algo que te preocupa, porque se lo vas a dar a Dios para que lo resuelva, no lo vuelvas a tomar porque no te gusta la manera como Él lo está llevando a cabo o el tiempo que se toma para resolverlo. Escucha: "...el que creyere, no se apresure" (Isaías 28:16b).
A tu mente le gusta "encajar" las cosas. Necesita un lugar para colocar cada una de ellas de tal manera que parezca tener sentido y experimentar que todo está bajo control; no le gustan las preguntas sin respuestas.
Sin embargo, son una de las herramientas que Dios usa para crucificar nuestras mentes carnales. Cuando no sabemos lo que ocurre, o bien confiamos en Él, o nos preocupamos, o tratamos de dar la solución nosotros mismos.
Cuando Dios no responde a nuestras preguntas, es porque nos está entrenando en el área de la confianza. ¡Métete eso en la cabeza!. ¡Aprende a vivir con las cosas que no se han solucionado todavía, y confía en el Señor!
Si quieres crecer, tienes que aprender a tener paz en medio del caos que eso conlleva.
Si eres uno de esos hijos obsesivos y absorventes que tiene que tener todo bien atado para que nada se te escape, aquí tienes una palabra para hoy: "Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia" (Proverbios 3:5)
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